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Abadía imperial benedictina establecida en la localidad de este nombre cerca de Hesse, en Alemania. Fue el centro fundado por San Bonifacio en el 744, a través de sus discípulos Sturmio, para la cristianización de los germanos. Llegó a generar a su vez casi 70 nuevas abadías que poblaron toda la región germana. Todas ellas siguieron el plan de vida traído desde Montecassino por los fundadores.
Cuando Sturmio murió en el 779 contaba la Abadía con 400 monjes en la casa matriz o en las filiales cercanas y su influencia era decisiva para el cristianismo local.
La Escuela fundada en Fulda fue centro admirable de cultura, tuvo maestros de la talla de Alcuino y luego de Rabano Mauro, el llamado preceptor de Germania. Produjo obras hermosas de arte y de literatura religiosa. Su Biblioteca y taller de copistas nutrió a multitud de otros monasterios. Y sobre todo fue centro de irradiación apostólica mediante el lema benedictino de "orar y trabajar", no sólo para los reyes, nobles y señores, sino también los siervos y gente humilde.
Incluso cuando llegó la reforma protestante en el siglo XVI, Fulda quedó de parte católica y ninguno de sus monjes se apartó de la Iglesia. Entre mil avatares y circunstancias llegó al siglo XIX y en el 1802 el príncipe Federico Guillermo de Orange-Nassaux la secularizó y Fulda concluyó su historia milenaria como abadía, aunque siguió como Diócesis. En la cripta medieval de su catedral del siglo XIII, se conserva con veneración el sepulcro de S. Bonifacio.
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Sacramentario de Fulda |
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